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La gitanería de Triana
Hubo un tiempo en el que el barrio de Triana estuvo dividido entre “payos y gitanos”, pero jamás se unió tanto un pueblo entre cantes y faenas como entonces.
La mezcla cultural
Dicen que la división del barrio de Triana era más una cosa geográfica, porque en realidad nunca se habían sentido los payos tan gitanos ni los gitanos tan integrados con los payos.
Los gitanos de Triana nunca estuvieron excluidos en el barrio, si no todo lo contrario. En Triana se vivió una era sin xenofobia ni marginalidad, y esto era porque todos los que habitaban el barrio vivían su vida de manera precaria y quién tenía para comer lo compartía con todo su corral de vecinos.
La gitanería de Triana
Los gitanos de Triana vivían en “La Cava de los Gitanos”, zona que se extendía desde la actual Calle Pagés del Corro hasta San Jacinto, que hacía de frontera imaginaria con “La Cava de los Civiles”.
Los gitanos hacían vida común en los patios de los corrales de vecinos dónde vivían. Cuando volvían de sus faenas (la fragua, cargando sacos de arena, cantando etc.) amenizaban sus encuentros con cantes flamencos y así superaban sus penurias.
Muchos payos pasaban los días admirando estas fiestas y se consideraban “payos agitanaos”, pues la mezcla cultural les había hecho enamorarse de esta cultura del flamenco, del cantar las penas, del buscarse la vida, del ayudar al prójimo. La “Cava de los Gitanos” fue cuna del cante flamenco y de bailes memorables que han dejado una huella imborrable en todo el que vivió en la Triana de la gitanería.
“La noche de los cristales rotos”
Triana quedó huérfana de su gitanería en el año 1957, día que Matilde Coral lo bautizó como “La noche de los cristales rotos”.
Durante ese día la gran mayoría de las familias gitanas de Triana abandonaron sus casas y corrales. La Guardia Civil les obligó a salir para, una vez fuera, derribar sus casas a golpe de martillo. Se recuerda con tristeza ese día, las furgonetas cargadas hasta arriba con colchones y mobiliario ocupaban las calles. Todos los gitanos y los payos se unieron ese día con gran dolor.
Muy pocos gitanos pudieron quedarse en Triana, pues la mayoría de ellos fueron expulsados y reubicados en otras zonas de la ciudad como el Polígono Sur o el Polígono San Pablo.
Triana fue cuna universal del flamenco durante una gran época, pero tras la expulsión de su gitanería esta era se diseminó y nunca se volvió a sentir en Triana esa esencia flamenca que existía en el barrio.
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