La importancia de la innovación en el flamenco

La música es un ámbito muy cambiante, adaptado a cada época, sociedad o cultura. El flamenco… ¡No iba a ser menos!

Este género tan llamativo, lleno de cultura y tradición, tiene unas bases muy fuertes y arraigadas. Sin embargo, a lo largo de la historia, no se ha podido resistir al cambio, dando lugar a diversas ramas y estilos adaptados a las nuevas generaciones. Esto no implica que el flamenco más tradicional haya desaparecido, solo ha evolucionado con las nuevas influencias generacionales.

¿Renovación o tradicionalismo?

Si hablamos de flamenco, hablamos de tradición y folclore, un arte donde siempre ha prevalecido la variedad cultural de nuestro país, que ha mezclado los sonidos del pueblo gaditano, así como del pueblo judío, árabe, latinoamericano, africano y europeo. A lo largo de la cronología de la historia, este arte se ha empleado de manera social, desde la época de Napoleón hasta la era actual de la globalización, como forma de expresarse políticamente, denunciar injusticias sociales, inquietudes, lamentos o la vida cotidiana. También ha sido utilizado para expresar alegría, festejo y unión.

Es precisamente por esto, que la innovación del flamenco es inevitable. Cada vez que avanza la historia, avanza la sociedad, cambian las diferentes estructuras y concepciones sociales y, con ellas, los problemas, inquietudes y necesidades de esta. Además, hay que tener en cuenta todo lo que la revolución tecnológica ha supuesto para el mundo de la música. El flamenco, año tras año, generación tras generación, mantiene su esencia, pero al igual que de forma imperativa todo cambia, este arte no ha sido la excepción.

Podemos ver las variaciones que han existido a lo largo de su historia, que hacen referencia a diferentes episodios de esta, como por ejemplo el palo flamenco de las alegrías. Tienen su origen en la jota aragonesa, introducida en Cádiz por habitantes provenientes del norte de España durante la ocupación francesa.

Es por todo esto que, evitar su renovación es prácticamente imposible, todo cambia, todo evoluciona.

La influencia del Franquismo en el flamenco y su posterior renovación

La Guerra Civil y la posterior dictadura franquista, supuso un antes y un después para la historia de nuestro país. Cambió por completo las estructuras sociales, políticas, así como la concepción artística. Durante esta época, todo por lo que el flamenco luchaba y denunciaba, fue censurado. Las canciones se despolitizaron, adaptando las letras y los temas para evitar la censura y represión.

Además, el régimen utilizó el flamenco para legitimarse, tanto dentro de España como ante el resto del mundo. El flamenco se empleó como un símbolo de identidad nacional y como base de espectáculo del régimen, así como pieza clave en la propaganda en el exterior. Esta represión artística supuso un choque muy importante para este género musical. Tras la muerte de Franco, en los años hacia la democracia, surgieron artistas como Camarón, todo un innovador de su época.

Gracias a la reapertura del país al resto del mundo, se incorporaron nuevos sonidos y corrientes. Se mezclaron con el flamenco otros géneros musicales como el rock, la música árabe, el jazz, el blues, la música subsahariana o los ritmos latinoamericanos que nada tenían que ver con este. Además, nuevos movimientos sociopolíticos, como fue la Movida Madrileña, supusieron un antes y un después en la historia del flamenco. Un movimiento que exigía la vuelta a las libertades sociales, así como la ruptura con las cadenas políticas a las que estaban atados hasta el momento.

El flamenco en la actualidad

Gracias al sentimiento de lucha y renovación que se dio durante la época de la transición, el mundo artístico cambió por completo. Resurgió la concepción de innovación y revolución por querer abarcar nuevas formas y expresiones musicales, haciendo que el flamenco llegara a todas las edades, hasta los más jóvenes. Aunque en el flamenco existe una base tradicional, este ha evolucionado junto con la sociedad, la globalización y los cambios culturales y tecnológicos.

Las letras también siguen recogiendo denuncias sociales, como por ejemplo Rosalía, que trata temas como el empoderamiento de la mujer. Otros artistas abren ramas más innovadoras, como Dellafuente, quien mezcla un género como es el trap con el flamenco. 

El surgimiento de estas nuevas corrientes y estilos no implica la anulación del flamenco más tradicional. Simplemente, al igual que pasó en la época posterior a la dictadura, se han abierto nuevas miras a la modernización del flamenco y captación de un mayor público.

Existen muchos debates entre los más tradicionalistas y los rupturistas de este género. Sin embargo, queda demostrado que a lo largo de la historia, es inevitable la evolución, la revolución y la vanguardia de las cosas y, en este caso, del flamenco.

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