Los Palos del Flamenco: Alegrías

Las Alegrías son un palo flamenco ligero, sensual y divertido. Pertenece al grupo de las cantiñas, uno de los cantes típicos de Cádiz. 

En cuanto a su estructura, las estrofas de las alegrías cuentan con cuatro versos octosílabos, a lo que se denomina alegría. Cuenta con una melodía de carácter festivo e incitante al baile, como mencionamos anteriormente. Además, su ritmo está condicionado por la métrica del compás de la soleá, diferenciándose de ésta en que su tempo es mucho más rápido.

El origen de las alegrías 

Las alegrías es uno de los géneros más reconocidos e, incluso, muchos lo consideran como el estilo más importante. Es uno de los bailes flamencos más antiguos de este arte y del que han bebido muchos otros estilos, así como él también se nutre de otros muchos estilos como los panaderos, las coplas romanceadas, las seguiriyas, las rosas, los viejos fandangos de Cádiz y los jaleos. Se podría decir que constituye el estilo flamenco que mejor expresa el sentir del entorno gaditano.

Sin embargo, se cree que la base fundamental son las jotas, por eso sitúan que el origen de la alegría deriva de la jota aragonesa, que enraizó en Cádiz durante la ocupación francesa y la celebración de las Cortes de Cádiz. Esto explica que sus letras clásicas contengan tantas referencias a la Virgen del Pilar, el río Ebro y Navarra. 

Un ejemplo claro de esto lo podemos ver en Yo le di un duro al barquero, que cantaba La Niña de los Peines y que recientemente ha grabado Estrella Morente con el título Coquinas en su álbum Mi cante y un poema. 

Yo le di un duro al barquero

por pasear el Ebro a verte

Los amores de Navarro

son caros pero son buenos.

También parece que fue Enrique Butrón quien fijó el estilo flamenco actual de las alegrías e Ignacio Espeleta fue quien introdujo su característico “tiriti, tran tran…” que seguro que no has podido evitar tararearlo.

Tonalidad y letras en las Alegrías

Las alegrías se cantan en tonalidad mayor, y son el género alternativo a las bulerías por soleá en cuanto a tonalidad se refiere. El uso de la tonalidad mayor es un elemento común a todas las cantiñas, con la excepción en determinados giros modales o al menor que se escucha en variantes como los caracoles o las de Córdoba. Por definición, el compás básico de las cantiñas es idéntico al de las bulerías por soleá, a medio camino entre soleares y bulerías. 

En cuanto a la estructura, admiten la copla de cuatro versos octosílabos, unida al juguetillo de tres o cuatro versos y siguiendo la estela de la seguidilla clásica que consta de copla y estribillo. A pesar de que no cuentan con una estructura formal determinada, los cantaores de este tipo de Palo Flamenco suelen realizar una sucesión de copla y juguetillo, concluyendo con una letra interpretada de un tesitura alta, seguida de un juguetillo final muy rítmico. 

En cuanto a los juguetillos, según Rodríguez Marín las alegrías son el más breve de los cantares españoles, cuentan con dos versos asonantados o aconsonantados, casi siempre con cinco sílabas el primero y diez el segundo y divisible en hemistiquios iguales. Conforma, al final, lo que todos conocemos como pareado. 

Algunos de los intérpretes más conocidos

Aunque existen multitud de artistas dentro del flamenco, al final cada uno acaba especializándose o perteneciendo a un palo concreto. Algunos de los intérpretes más importantes que pertenecen a las alegrías son El Quiqui, Enrique el Mellizo, Pericón de Cádiz, Chano Lobato o Camarón de la Isla, entre otros. 

En cuanto a guitarristas que pertenecen a este palo, destacan las composiciones de Niño Ricardo, Sabicas, Manolo Sanlúcar y Paco de Lucía. 

En honor a este Palo Flamenco tan importante para este género musical, y en referencia a la ciudad de origen de las Alegrías, en Cádiz se celebra anualmente el Concurso Anual de Alegrías. 

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