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Matilde Coral y la escuela sevillana
Hablar de Matilde es hablar de sevillanía, elegancia y arte, mucho arte. Hoy rendimos homenaje a la maestra del baile sevillano y su legado.
Los inicios de Matilde , leyenda del baile flamenco
Matilde Corrales González, conocida artísticamente como Matilde Coral, nació el 22 de junio de 1935 en la plaza de Chapina, en el zurraque trianero, tierra de alfareros.
Comenzó a bailar de la mano de Adelita Domingo y Pastora Imperio. Sus primeros pasos como bailaora los comienza en el “Cortijo el Guajiro” (Sevilla), donde conoció a quien sería su marido: el bailaor flamenco Rafael “El Negro”, uno de los bailaores más elegantes que ha conocido la historia del baile flamenco, llegando Fermín Lobatón a catalogarlo como «duende elegante del baile» y, Pilar López, como «el que mejor ha bailado por bulerías elegantes».
Etapa profesional, bailaora flamenca en constante aprendizaje
La trayectoria de Matilde Coral es tan extensa y ha hecho tantísimo por el baile flamenco a lo largo de su vida como bailaora, coreógrafa y maestra, que es imposible condensar su historia en este artículo.
Como bailaora y coreógrafa, podemos destacar que fue primera figura en el Tablao El Duende de Madrid, propiedad de Pastora Imperio y Gitanillo de Triana y partenier de Alejandro Vega, Alberto Lorca y José Greco, haciendo giras por los teatros flamencos de todo el mundo.
En 1992, fue coreógrafa y protagonista de la película Sevillanas, de Carlos Saura y en 1995 el mismo director la volvió a escoger de protagonista para su película Flamenco. En 1994 fue coreógrafa del espectáculo Cien Años de Cante Flamenco.
Imposible recopilar sus innumerables actuaciones por todo el territorio nacional e internacional en las cuales contaba con los mejores cantaores y guitarristas del flamenco. Ejemplo de ello fue Chano Lobato, fiel escudero de la bailaora y uno de los mejores cantaores flamencos que ha dado la historia.
El cantaor gaditano era insuperable en los cantes de compás, sobre todo en las alegrías de Cádiz y los tanguillos, los cuales ejecutaba de manera magistral, impregnándolos de los aires más puros de Cádiz.
A finales de los años 60 se funda el trío “Los Bolecos”, conformado por su marido Rafael “El Negro”, Farruco y la propia Matilde. Este trío revolucionó la forma de hacer flamenco, tanto que en 1970 obtuvieron el Premio Nacional de Baile de la Cátedra de Flamencología.
Por otro lado, Matilde ha tenido una importantísima labor como maestra. Siempre sintió vocación por la docencia y, tras tener a su segunda hija y volver de una gira por América en el año 1965, decide fundar su primera escuela en 1967.
El estudio de 50 metros cuadrados, se encontraba situado en la calle Fray Isidoro de Sevilla y contaba con una entrada y un pequeño vestuario. En él, Matilde impartía, de manera privada, clases a jóvenes bailaoras profesionales como Milagros Mengíbar, Loli Flores, Pepa Montes, Merche Esmeralda o Manuela Carrasco, entre otras; llegando a ser grandes figuras del baile actual.
Posteriormente, funda una pequeña compañía para Festivales de España, cuyo espectáculo le precedía una fama de belleza y novedad, pues se bailaban palos poco usuales y, por si fuera poco, iban acompañados de Lole y Manuel, que cantaban unas bulerías como fin de fiesta. Fue galardonado con La Itálica de Oro al mejor espectáculo de los Festivales de España de 1975.
Matilde decide ampliar su público y por las tardes recibía a señoras de la alta sociedad sevillana que estaban interesadas en el flamenco. Los niños llegaron más tarde; la primera niña a la que la maestra preparó, fue María Pagés, de manera posterior, llegaron Currillo e Isabel Bayón, todos ellos artistas de enorme talla hoy día.
A raíz de estas clases, la bailaora sevillana empieza a interesarse por la carrera de Danza Española. Su objetivo era crear algo más que una escuela únicamente de flamenco. De esta manera, acaba titulandose en la Escuela de Arte Dramático y Danza de Córdoba dándole un giro 360 a su escuela: “lo que yo he hecho quiero que lo hagan mis alumnos”, decía. Comienza pues a preparar a sus alumnos para presentarse en el Conservatorio de Córdoba ya que el de Sevilla todavía no existía.
Trío "Los Bolecos". De izquierda a derecha: Farruco, Matilde Coral y Rafael El Negro.
La escuela sevillana: su legado
Su gran admiración por la bailaora Pastora Imperio, su maestra, le lleva a emprender un camino como bastión de la Escuela Sevillana, de la que afirma: “se encontraba metida en un cajón lleno de polvo”. Matilde se encargará de desempolvarla y darle brillo aportando su manera de ver el baile flamenco sevillano con frases tan míticas como “las manos como palomas” o aportando nociones de cómo debe bailarse con importantes contribuciones como su obra “Tratado de la bata de cola : Matilde Coral, una vida de arte y magisterio” o el “Código de la Escuela Sevillana de Flamenco” redactado por Matilde Coral y Manuel Barrios, documentos que han fijado y codificado la escuela sevillana.
Matilde, junto a su marido, abre en 1981 una nueva escuela en Triana, en la calle Castilla y, tras su despedida de los escenarios en el año 92, se dedica plenamente a la docencia. Su escuela, es la primera en ser homologada y reconocida por la Junta de Andalucía como Centro Autorizado de Danza. En ella, se establece una codificación de la dinámica de clases y se establece una metodología. Esto conlleva que en el 2008, la Cátedra de Flamencología de Jerez le otorgue el Premio Nacional a la Docencia.
De su escuela han salido figuras reconocidas del baile flamenco y la danza como son María Oliveros, Pepa Montes, Carmen Montiel, Manuela Carrasco, Loli Flores, Milagros Mengíbar, Ana Mª Bueno, Merche Esmeralda, Isabel Bayón o Ana Moya.
La escuela sevillana, es gracia, arte, es picardía pero con elegancia, son brazos inmensos y líneas abiertas, es un mantón y una bata de cola tratados con mimo y sutileza y es también la esencia de Triana: grotesca y señorial. Una forma de respirar el flamenco que sigue muy viva y que no pasa desapercibida allá donde va gracias a Matilde Coral y toda su estirpe, a sus alumnos y los alumnos de sus alumnos.
Entre los múltiples reconocimientos de la bailaora sevillana debemos destacar que es la única poseedora de la Llave de Oro del Baile Flamenco.
Actualmente, Matilde se encuentra retirada a sus 88 años y su escuela la regenta su hija, Rocío Coral, fiel conservadora al estilo sevillano y encargada de la difusión de su legado y el tesoro más rico de la escuela sevillana de baile flamenco.
Matilde Coral dijo: «Todo lo he hecho por amor al arte y por Sevilla» y no podemos estar más agradecidos por todo lo que ha aportado la maestra al baile sevillano. ¡Gracias Matilde!
Fuente: Escuela de Danza Matilde Coral
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