Filtrar contenido
Palos flamencos: Cañas
Explora la pasión y el ritmo de las Cañas: un viaje al palo flamenco más enérgico y emocional, en Teatro Flamenco Sevilla te contamos todo sobre ellas
Pasión, nuestro espectáculo flamenco en Teatro Flamenco Sevilla, ofrece una buena degustación de todos los palos flamencos, todos los días, de los que podrás disfrutar y saborear la magia del flamenco más puro.
La Caña, el palo flamenco más antiguo
Los palos flamencos son los diferentes estilos de cante flamenco y existen más de 50 distintos. De todos estos palos flamencos, es la caña el palo que está considerado por los expertos en espectáculos flamencos, como uno de los palos flamencos más importantes. Es uno de los primeros cantes flamencos que salen reflejados en las crónicas del siglo XIX y, de hecho, hay una mención del cante de la caña dulce con los ayes de rigor ya en el año 1812.
La caña es un cante flamenco con copla de cuatro versos octosílabos que riman en el segundo y en el cuarto. Los orígenes de la caña son algo misteriosos. Estébañéz Calderón llamó caña al “tronco primitivo de los cantes andaluces” en sus Escenas Andaluzas
De la misma manera García Matos, profesor y eminente musicólogo español, aseguró que la caña provenía de una canción andaluza muy antigua, pero otros autores discuten parcialmente esta teoría.
La caña flamenca fue un género muy popular en los primeros años de siglo XIX y su melodía pasó a ser el prototipo de cante andaluz. Se cree que su nombre viene de la denominación arabe de gauunia - que significa canto.
La Caña en el espectáculo flamenco
Actualmente la caña es un cante que no es muy seguido ni por los intérpretes, ni por el público. Esto es debido a su carácter monótono y melancólico y con una escasa carga emocional. En su lugar, se prefiere una seguiriya y una soleá.
Es un cante duro, recio, largo que suena a liturgia, melancólico, repleto de melismas, pero con un final con más empuje.
La caña es un cante flamenco muy difícil de ejecutar. Requiere cualidades físicas excepcionales y un gran esfuerzo del cantaor flamenco. No utiliza el jipío, el quejío largo, como elemento expresivo, sino que se muestra retador y gallardo en sus tercios. Comienza con un “ay valiente” y sigue un primer paseillo de ayes.
Artistas flamencos conocidos por interpretar la caña
José Sánchez Bernal, conocido como Naranjito de Triana, fue un gran aficionado al cante por caña. Heredó su nombre artístico de su padre que compaginaba su trabajo de guardia municipal con el de recoger naranjas. El mismo se definía como estando en la misma frontera entre el cante gitano y el flamenco andaluz, puesto que conoció las dos vertientes del cante trianero: la de la cava de los gitanos y la paya del Zurraque o de los alfareros.
Cantaor flamenco serio, destacó por su preocupación por conocer a fondo los estilos flamencos, ha sido uno de los más completos de los tiempos modernos. Tenía una voz brillante, limpia y con amplio registro.
Otro de los grandes intérpretes de la caña fue Don Antonio Chacón, uno de los mejores cantaores flamencos del siglo XIX. Aunque fue más conocido por cantar otros palos, logró dotar la caña de una estructura musical perfecta. Dio a conocer esta letra conocida hoy día:
"A mí me pueden mandar
a servir a Dios y al Rey
pero dejar a tu persona
eso no lo manda la Ley"
Tras la muerte de Antonio Chacón en 1929, la caña pierde impulso y se deja de cantar hasta las décadas de los 50 y 60 cuando se produce un nuevo interés en cantar este palo flamenco.
Entre los artistas modernos conocidos por cantar la caña, se encuentra Enrique Morente, cantaor granaíno, considerado como uno de los grandes renovadores del flamenco.
Si te apetece disfrutar de la magia del flamenco más puro en el corazón de Sevilla, ven a visitarnos en Teatro Flamenco Sevilla donde a través de nuestro espectáculo flamenco en directo, todos los días, podrás sentir la fuerza y la pasión que transmite nuestro elenco de artistas flamencas. No pierdes la oportunidad y compra aquí las entradas para disfrutar del mejor espectáculo flamenco de Sevilla. ¡Te esperamos!