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Los tangos de El Titi: Triana, compás y verdad flamenca
Un recorrido por uno de los estilos más personales del tango flamenco, ligado a Triana y a la figura irrepetible de El Titi.
Dentro del amplio universo de los tangos flamencos, existen estilos que no solo se definen por su ritmo o estructura, sino por la personalidad de quienes los hicieron únicos. Es el caso de los tangos de El Titi, una forma de cantar profundamente ligada a Triana, al pulso del barrio y a una manera muy concreta de entender el flamenco.
Más que un estilo cerrado, los tangos de El Titi representan una actitud ante el cante: directa, natural y sin artificios, donde el compás se sostiene con verdad y el mensaje llega sin necesidad de excesos.
¿Quién fue El Titi?
Manuel Jiménez Fernández, conocido artísticamente como El Titi, fue uno de los cantaores más representativos del Triana flamenco de finales del siglo XIX y principios del XX. Aunque no dejó grabaciones —como ocurre con muchos artistas fundamentales de su época—, su forma de cantar quedó fijada en la memoria colectiva y transmitida oralmente por generaciones posteriores.
El Titi fue un cantaor de barrio, de reuniones, de corrales y fiestas, donde el flamenco se vivía sin escenario, pero con una intensidad absoluta. Su nombre quedó especialmente vinculado a los tangos trianeros, a los que aportó un sello inconfundible.
El estilo de los tangos de El Titi
Los tangos asociados a El Titi se caracterizan por un compás firme y reposado, sin prisas, donde el cante se apoya en la claridad del ritmo y en una melodía sencilla pero muy expresiva.
Entre sus rasgos principales destacan:
- Un cante sobrio, sin adornos innecesarios
- Letras cortas, directas y populares
- Un fraseo muy marcado, fácil de reconocer
- Gran conexión con el compás de Triana
No se trata de un tango festero en exceso ni puramente ligero, sino de un cante con peso flamenco, capaz de transmitir cercanía y profundidad a la vez.
Triana como cuna del tango flamenco
Hablar de los tangos de El Titi es hablar inevitablemente de Triana, uno de los grandes núcleos históricos del flamenco. En este barrio sevillano, el tango encontró una forma propia, diferente a la gaditana o a la extremeña, marcada por el carácter del cante trianero.
El tango en Triana se cantaba en patios, tabernas y celebraciones familiares, y El Titi supo recoger ese ambiente cotidiano y convertirlo en un estilo reconocible, que influyó en muchos cantaores posteriores.
Influencia y legado
Aunque no existan registros sonoros de El Titi, su huella se percibe en el cante de numerosos artistas que recogieron ese aire trianero del tango. Su estilo forma parte de ese flamenco transmitido de boca en boca, donde el conocimiento se conserva a través de la escucha y la convivencia.
Los tangos de El Titi siguen siendo hoy una referencia histórica, un punto de partida para entender cómo el flamenco se construye desde lo popular y lo vivido, antes de llegar a los grandes escenarios.
Un cante que sigue vivo
Los tangos de El Titi nos recuerdan que el flamenco no siempre nace de la técnica ni del virtuosismo, sino del compás compartido, del cante cercano y de la verdad expresiva. Son un ejemplo claro de cómo un artista puede dejar una marca imborrable sin necesidad de grabaciones ni reconocimiento institucional.
Conocer este estilo es asomarse a la raíz más humana del flamenco, donde Triana, el ritmo y la emoción se funden en un mismo latido.
