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Imagen principal del artículo Palo flamenco: Martinete
Palos Flamencos · 12 de diciembre de 2022

Palo flamenco: Martinete

El soniquete del martillo sobre el yunque

Aunque de este palo se desconoce su origen exacto, se sabe que pertenece al grupo matriz de la “toná”. El grupo de la toná conlleva a la hora de cantarlo una gran dificultad. 

Según varias teorías, este cante procede de las fraguas, y comenzó a gestarse a causa de que los fuelles gemelos que se utilizaban en las fraguas se denominaban martinetes. 

El martinete, junto a la soleá, las seguiriyas y las tonás, se consideran como “cantes grandes” del flamenco. Son estilos que sostienen la rama de este género artístico. Hoy desde Teatro Flamenco Sevilla te contaremos mucho más sobre este palo del flamenco hondo. 

 

Historia del martinete 

 

Como adelantamos, el martinete pertenece a la rama de la toná, uno de los palos matrices del flamenco. Su desarrollo hasta convertirse en un cante gitano tiene lugar durante el siglo XVIII. Es un palo poco cultivado por los autores del flamenco más modernos.  Es de aquí de donde provienen los ‘cantes a palo seco’ como son la debla, el martinete, saeta e, incluso, las primeras seguiriyas. 

Las tres grandes escuelas a las que se vincula el martinete son Jerez, Puerto de Santa María y Triana. Fue en Sevilla donde, gracias a las fraguas gitanas, se especializaron estos cantes convirtiéndose en tradición. Los gitanos canturreaban en las fraguas mientras se calentaba el hierro al fuego. También las cantaban en las tabernas cuando terminaban de trabajar. 

A partir del Concurso de Cante Jondo que se celebró en Granada en 1922, se reconoció el martinete como palo flamenco. Se incluyó junto a las carceleras como cantes a interpretar. Desde ese momento,el martinete pasa a formar parte del repertorio de cantaores profesionales. 

 

Tonalidad 

 

El martinete se canta “a palo seco”, sin guitarra. En muchos espectáculos podemos verlo acompañado de un soniquete de metal o de un baile serio con bastón. 

La copla del martinete es una cuarteta octosílaba. En el martinete “natural” no se cantan las letras con repeticiones. En cambio, en el “redoblado”, si se escuchan repeticiones de las letrillas. 

El martinete es un cante duro. Tiene mucha dificultad poder hacer bien todos sus tercios y expresar a su vez la fuerza dramática que se esconde en cada letra. Son letras tristes y con un tono monocorde. Suele comenzar con un “Tran-Tran”, intentando representar el sonido que hacía el martillo sobre el yunque.

 

Características del martinete 

 

El martinete es un cante valiente y exige grandes facultades para cantarlo e interpretarlo adecuadamente. Se recomienda una voz honda, rota y larga de quejío para poder transmitir esa escena dramática a través del cante. El cantaor o cantaora tiene que tener capacidad de transmitir dolor, pena, nostalgia y tristeza. 

Nadie diga que es locura

esto que yo vengo haciendo 

si es pa darme yo de mi gusto;

es el caudal que yo tengo.

y hasta los olivaritos del valle

yo acompañé a esta buena serrana;

y mi me había jurao por mi mare,

yo la he mirao como a mi hermana;

y si no es verdad

que Dios me mande la muerte

si me la quiere mandar

1931, Niño Gloria.



Artistas

 

Antonio Chacón fue un gran maestro y especialista en este cante, el cual conoció gracias a Manuel Molina. Manuel Centeno fue quién lo introdujo en la saeta; ahí surge la “saeta por martinete”. 

Manolo Caracol ponía su sello a todo lo que cantaba. En el caso de los martinetes que cantaba podíamos apreciar esa forma más clásica del martinete con los matices de Jerez. Comenzaba con un temple de voz rotundo. 

Pepe el Culata fue otro gran artista que nos dio el placer de disfrutar del sonido de la antigua Triana fragüera, con los “Martinetes de Triana''. Convirtió esta versión en una joya para el cante flamenco. En los “Martinetes de Jerez” queremos mencionar al gran Fernando Terremoto. Era un cantaor de pureza gitana de Jerez de la Frontera. Tenía una voz escultural y con muchas facultades para el cante.

El Torta y Tío Juane fueron dos grandes cantaores del flamenco hondo en la historia del flamenco, cantaban martinetes ya que tenían gran capacidad y habilidad para cantar este palo. Antonio el Bailarín bailaba por martinetes aplicando el compás de la seguiriya. En ocasiones introdujo la guitarra e incluso las castañuelas, aunque era más común escuchar un martinete a capela.

Si quieres vivir una experiencia única conociendo el flamenco más puro, no dudes en visitar Teatro Flamenco Sevilla.  Nuestras tablas se llenan a diario de magia, ilusión, arte, gancho y mucho sentimiento, te invitamos a disfrutar del duende flamenco junto a nuestros artistas. 

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